A través de la historia ha permanecido la creencia de que los tres números 666, representan el mal o la “bestia”. Por este motivo, en este artículo nos hemos tomado el tiempo de mostrarte porque el 666 es el número del demonio y cuál fue el origen de esta creencia popular. Dicho esto, te invitamos a continuar la lectura de toda la información que podrás encontrar a continuación:
Cuando nos referimos al Diablo, la mayoría de las personas piensan en Satanás, este ser malévolo de piel roja, cuernos, patas de cabra y alas desgastadas. De hecho, es común que las personas piensen que el diablo es el ángel caído que Dios desterró de su reino (Lucifer). Sin embargo, no existe un único diablo en el infierno.
Belfegor, Satanás, Mammón, Asmodeo, Belcebú, Leviatán y Lucifer no son un mismo diablo. Todos estos antes mencionados conforman el grupo de demonios conocidos como los Siete Príncipes del Infierno y todos tienen relación con diferentes pecados. Lucifer es el Rey de todos ellos, el portador de la luz.
El Apocalipsis que pronosticó Juan en la biblia hace referencia a “la bestia” o también conocido como el Anticristo. El cual es un ser nacido en el infierno con la intención de destruir el mundo como lo conocemos, siendo un ser totalmente diferente a Jesucristo.
En la biblia se muestra a este ser como un monstruo de diez cuernos y siete cabezas, con fauces de león y patas de oso. Por este motivo, es importante destacar que “la bestia” no es Lucifer u otro demonio conocido. Se trata de un monstruo que fue creado inspirado en él.
Como ya mencionamos anteriormente, en la biblia se hace referencia a la bestia y no a lucifer directamente. Esto nos permite saber que el texto bíblico tiene una connotación diferente. Para comprender porque el 666 es el número de la bestia debemos conocer el contexto en el que se encontraban los cristianos de la época.
Diversos estudios han demostrado que en la época en la que se escribieron los textos bíblicos, los cristianos eran perseguidos. Por este motivo, utilizaban símbolos y códigos numéricos para comunicarse entre sí, todo con la intención de advertir sobre el emperador romano.
De hecho, en el alfabeto griego y hebreo todas las letras tienen un número específico, todo con la intención de lograr comunicarse con la ayuda de los números y no solo con las letras. Ian Boxall, un reconocido teólogo de la Universidad Católica de América se encargó de sumar el valor numérico de todas las letras del nombre del emperador romano de la época, Nerón César y el resultado de dichos valores fue el número 666.
Tras la primera venida de cristo todos sus seguidores esperaban que volviera por segunda vez, lo cual ocurriría cuando acabe el mundo. Al pasar los años de aquel hecho los transliterados del apocalipsis bíblico hicieron referencia pensando en un final cercano y para ello el anticristo era necesario. En esa época el emperador de Roma era el hombre con más poder del mundo y a la vez, el mayor castigador de los fieles cristianos.
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